En la cima más alta de las Antillas elpico Duarte.

En la cima más alta de las Antillas elpico Duarte.
No a la mega minería y el uso del cianuro, fuera la Barrick Gold del país.

sábado, 7 de abril de 2012

San Simón el regreso.

San Simón el regreso.

El poeta Hermes de Paula y yo (Domingo Acevedo) decidimos irnos a pasar unos días de la semana santa (de jueves a sábado) a San Simón, un pueblecito de Neiva ubicado entre Azua y Barahona, hicimos los planes y nos fuimos para allá, en donde Lucas ya nos esperaba ansioso.

Nos fuimos por los Guiros en la ruta de Barahona, en donde supuestamente Tony un hermano de Altagracia nos esperaría con un motor. Llegamos al cruce un poco confundido por que no tenía letrero y yo no estaba seguro que esa fuera la entrada, suerte que encontramos a un vendedor ambulante que nos confirmo que esa era la entrada y como Tony no estaba les mandamos a decir que ya íbamos de camino, que nos viniera a alcanzar en el motor.

El poeta y yo empezamos a caminar hacia los Guiros por un camino solitario con un paisaje desolador, propio del bosque seco que predomina en la región sur del país, después de haber caminado más de cinco kms, llegaron dos motoristas que Altagracia había enviado a encontrarnos, nos montamos en ellos y después de muchas peripecias llegamos a los guiros en donde nos encontramos con Altagracia y otras personas conocidas, como Dennis, a la que hacia mucho tiempo que no veía y otros hermanos y primos de Altagracia, descansamos y después de un merecido descanso, emprendimos el camina hacia San Simón, nos acompañan Altagracia y Ñango, Ñango es hermano de Altagracia.

El camino fue agradable, como siempre disfrutamos de ese paisaje desolador propio de algunas regiones del sur, en donde a pesar de la aridez del terreno el río Yaque del sur hace posible la vida, sus aguas fecundan ese vasto territorio y las manos laboriosas de los campesinos le arrancan a la tierra los frutos que les permiten subsistir en la aridez de ese territorio sureño.

Después de atravesar las caudalosas aguas del Yaque de Sur y avanzar entre los conucos, cruzar rigolas y evadir cambrones y las espinas de guasábaras bajo un sol abrazador, llegamos a san Simón, a al casa de doña Nena, en donde Lucas y Tony nos esperaban, el encuentro fue feliz, saludamos, nos acomodamos, descansamos un rato aun no era medio día pero teníamos hambre un hambre atroz, por lo que Lucas empezó a preparar de comer, yuca con tocino.

Después que comimos y ya descansado fuimos a visitar a Calmito, una de las pocas personas que aun quedan en San Simón, conversamos con él, su esposa, una hija y su espeso que estaban de visita allá y regresamos a la casa en donde hicimos los planes para irnos a dar un baño al Yaque del sur.

En la casa estábamos Lucas el poeta, Ñaguito, Tony, Altagracia y yo. En la tarde nos fuimos al río y nos dimos un baño en las cálidas aguas del Yaque, regresamos anocheciendo y Lucas empezó a preparar la comida, arroz blanco acompañado de un buen poco de pescados con coco. La noche llegó acompañada de vestigios de una luna llena, que tímida entre las nubes no se atrevía a desnudarse ante nuestras miradas, hasta que finalmente muy entrada la noche se nos mostró radiante y hermosa, tal cual era.

En la noche hicimos un recorrido por el pueblo y palpamos las condiciones de las casas abandonas, algunas ya destruidas por el abandono, vistamos nuevamente a Calmito y a Tina y luego volvimos a la casa en donde nos quedamos conversando hasta muy entrada la noche, hasta que el cansancio y el sueño nos vencieron y nos fuimos a la cama.

Al otro día nos levantamos bien tempranito, nos cepillamos y nos quedamos en la casa esperando el desayuno que Altagracia preparaba, mientras nos comíamos una sandía, desayunamos y nos quedamos esperando a Tony que había salido a pescar y no volvió a la hora que dijo para llevarnos a la zurza a ver una cueva, en donde el supone que vio unos dibujos realizados por los indígenas, en la tarde Esteban un viejo amigo de los Guiros llegó a visitarnos y nos recito unas décima las cuales grabamos para subirla a You Tube.

Aproximadamente a las cuatro de la tarde nos fuimos al río, allá nos encontramos con Cesar y otras caras conocidas, el río estaba repleto de personas, algunas visitantes y otras de la Meseta, regresamos a la casa, Tony no encontró la nasa para pescar y vino vacío, Lucas cocino un arroz con habichuelas vacío, porque no compro la compaña para la comida esperando los pescados de Tony que nunca llegaron y que también fue nuestra cena.

En la prima noche visitamos nuevamente a calmito y Lucas y el poeta se quedaron jugando dominó, Tony busco la leña e hicimos una fogata a las que vinieron algunas personas con las que conversamos sobre muchas cosas y especialmente sobre el futuro incierto del pueblo, y la construcción de la presa, disfrutamos de un cielo despejado y una hermosa luna llena, que daba un toque mágico al lugar, luego nos fuimos a acostar.

Al otro día nos levantamos bien temprano y nos preparamos para el regreso, nos despedimos de todos y emprendimos el regreso por la Meseta, Hato Nuevo, cruzamos los conucos sembrados de sandías, Melones, plátanos, maíz, limones, etc., luego cruzamos un bosque de guasábaras, cambrones, bayahondas tuatúa e higueretas y llegamos al Yaque del Sur el cual cruzamos. Ya al otro lado nos dimos un baño y nos encaminamos hacia la meseta en donde nos encontramos con los viejos amigos de siempre, sólo no está Atanasio, que hace tiempo murió, sentí que la meseta ha crecido y esta distinta, las viejas casas de antes ya no están y vi que las casas han mejorados. La Meseta y los Guiros, estos dos pueblos se hicieron con personas de san Simón. De los Guiros contrario a la Meseta las personas se están marchando.

De la meseta hasta Hato Nuevo lo hicimos en motores, llegamos hasta la casa de doña Nena en donde después del saludar a todos rememorar el tiempo ido y desayunar, emprendimos el regreso a la capital cargados de sueños y hermosos recuerdos y sobre todo haciendo los planes para el regreso.

Domingo Acevedo.

1 comentario:

Hermes de Paula dijo...

Un recorrido inolvidable, poeta!