No se por qué algunos dominicanos
se empeñan en hacerles el juego a ONGs criollas e internacionales queriendo hacernos ver ante
el mundo que somos un país racista frente a los haitianos, cuando eso no es
cierto, aquí no se persigue a nadie por el color de su piel y menos a los
haitianos que andan libremente por todos los rincones de nuestra geografía
nacional, los tenemos hasta en la sopa y que me diga alguno que aquí se
maltrata, se apresa o se asesina algún haitiano porque es negro.
Teniendo en cuenta que nosotros
también somos una sociedad de negros y mulatos, con cierto complejo
eurocéntrico, pero ese mismo complejo se da en muchos países del continente
con el indígena y el criollo que en lo más profundo de su ADN, muchos quieren
ser europeos, blancos, pero blancos de allá, no de aquí.
Además, debemos ver la
problemática dominico haitiana desde el
punto de vista histórico de las relaciones entre los dos países y como
una buena parte de ellos, nos ven a nosotros.
Y vista también desde el 1801
cuando Toussaint, se tomó las atribuciones de invadir esta parte de la isla para unificarla
dando cumplimiento al tratado de Basilea, hecho por Francia y España, en donde España
cedía la parte oriental de la isla a cambio de que Francia devolviera los
territorios ocupados en el norte de ese país,
la posterior invasión en el 1805 y el degollamiento de Moca y la invasión del 1822, que dio como resultado después de 22
años, nuestra independencia, que algunos plantean que fue una separación y sí,
realmente nos separamos de los haitianos independizándonos, es ahí cuando nacemos
como republica libre e independiente, con un nombre: Republica Dominicana, un
escudo, una bandera y un himno.
El país está compelido a regular
a todos los inmigrantes ilegales y muy especialmente a los haitianos ya que han
sobrepasado la cifra tope de tolerancia creándonos
graves problemas en lo económico y lo social, ya que una gran parte del
presupuesto nacional debe dedicarse a satisfacer las necesidades de ellos y muy especialmente
en el área de la salud.
Nosotros como país pobre,
subdesarrollado, tercermundista, no podemos cargar con la pobreza de esa
empobrecida nación, la comunidad internacional debe ir en auxilio de ellos y
darnos un respiro.
Sí nosotros como país, hoy, responsablemente no tomamos los correctivos de
lugar para detener la entrada masiva y sin ningún control de ilegales haitianos
al país no está muy lejano el día en que tendremos que ponernos las manos en la
cabeza, cuando la situación se salga de control y se torne explosiva, cuando
ellos comiencen a disputarles los espacios a los dominicanos, como ya está
pasando en algunos lugares del este y el sur del país y eso genere estallidos
de violencia.
Somos dos naciones distintas con
roces históricos que ha generado más de un conflicto grave, cuando aún no éramos república, como
es el caso de la invasión del 1801, la del 1805 cuando en su retirada por el Cibao Dessaline y Christophe llevaron
a cabo una series de atropellos entre
ellos el degüello de Moca y el secuestro de cientos de habitantes de esa región
del país, la invasión del 1822 y la usurpación de este territorio por 22 años que
dio como resultado como dije antes, con nuestra independencia y las
consiguientes agresiones a la naciente republica que fueron rechazadas por el
ejército y el pueblo dominicano de entonces, hasta el establecimiento y el
fortalecimiento de lo que es hoy Republica Dominicana.
Otro acontecimiento dramático y
desafortunado fue la masacre del 1937, realizada por el sátrapa, Rafael
Leónidas Trujillo, contra nacionales haitianos que queda como un lastre de
inhumanidad en la historia de la Republica Dominicana.
Teniendo en cuenta todos esos
aspectos, es mejor `poner las cosas claras, regular a todos los inmigrantes y
darle a cada cual el estatus que se merece por ley, sabiendo que eso también es
beneficioso para ellos porque a partir de esa regularización los empleadores
no podrán abusar de ellos por ser ilegales
y tendrán que darles todos los beneficios que manda la ley.
Es hora de que este gobierno y
los que vengan actúen de manera responsables y acaben con la corrupción en las
aduanas fronterizas lo que permite el contrabando y el tráfico clandestino de
todo, incluyendo el tráfico de humanos,
ya que no sólo pasan haitianos ilegales sino también árabes y chinos y quien
sabes de que otra nacionalidades.
Hay que poner la casa en orden
para evitar en un futuro no muy lejanos
conflictos mayores que pongan en peligro la vida de los habitantes de las dos
naciones, nuestro territorio y nuestra nacionalidad.
Domingo Acevedo.
Nov/2021
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