Los rebeldes Libios, mercenarios de la OTAN, entregaron en bandeja de plata a Hilary Clinton, la cabeza de Gadafi, ahora ella desde su cómoda posición imperial podrá dormir tranquila, no así los miles de huérfanos, viudas y refugiados que dejaron los bombardeos de la OTAN.
La OTAN asesinó con sus bombas made in democracia, en estos meses, más libios que Gadafi en sus 42 años en el poder y cabe preguntar, si vale la pena lavar con sangre la sangre, pagar el crimen con el crimen.
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