Luego de la Semana Santa del 1984, Jorge Blanco, puso en marcha medidas económicas recomendadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), tras la firma de un acuerdo denominado Stand by, que disparó los precios de los artículos de primera necesidad.
Pese a que los acontecimientos de ese año marcaron la historia de la República Dominicana, hoy, 30 años después, no se registran actos de recordación de las víctimas dejada en los barrios por los disparos de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.
Pese a que los acontecimientos de ese año marcaron la historia de la República Dominicana, hoy, 30 años después, no se registran actos de recordación de las víctimas dejada en los barrios por los disparos de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.
Oficialmente las autoridades aceptaron que más de 125 personas murieron, pero fuentes de prensa de la época, aseguraban que los muertos superaban los 200, ya que las morgues de los hospitales no daban abastos, las emergencias de los hospitales estaban repletas de heridos y todas las dotaciones policiales y militares llenas de detenidos y golpeados.
Las protestas dejaron millones de pesos en pérdidas con saqueos de negocios, quemas de vehículos públicos y privados, bloqueos de carreteras y paralización de todas las actividades durante más de 72 horas.
Las protestas dejaron millones de pesos en pérdidas con saqueos de negocios, quemas de vehículos públicos y privados, bloqueos de carreteras y paralización de todas las actividades durante más de 72 horas.
Sin embargo, el levantamiento popular pareció sorprenden a las organizaciones de izquierda, que en los barrios se hacían representar por los llamados Comité de Lucha Popular (CLP), que habían dirigido las mayoría de las protestas de entonces.
A media mañana del 23 de abril del 1984, las tropas antimotines de la Policía Nacional eran insuficientes para contener las protestas que se iniciaron en la zona norte del Distrito Nacional y que rápidamente se extendieron hacía los barrios de las partes Oeste y Este de la Capital.
A media mañana del 23 de abril del 1984, las tropas antimotines de la Policía Nacional eran insuficientes para contener las protestas que se iniciaron en la zona norte del Distrito Nacional y que rápidamente se extendieron hacía los barrios de las partes Oeste y Este de la Capital.
Al terminar el día, la prensa registraba nueve muertos, decenas de heridos y cientos de detenidos.
Sin embargo, en la noche, las protestas del 23, se recrudecieron.
A la mañana siguiente, se le atribuye al líder del PRD, José Francisco Peña Gómez haberse presentado al Palacio Nacional a advertirle al presidente Jorge Blanco que se iba a dejar tumbar, si no sacaba a las calles a las Fuerzas Armadas.
A la mañana siguiente, se le atribuye al líder del PRD, José Francisco Peña Gómez haberse presentado al Palacio Nacional a advertirle al presidente Jorge Blanco que se iba a dejar tumbar, si no sacaba a las calles a las Fuerzas Armadas.
Horas después, el entonces secretario de las Fuerzas Armadas, Manuel Antonio Cuervo Gómez, ordenó la movilización de las tropas élites de Constanza, conocidas como “Cazadores de Montaña” para que tomaran el control de los barrios de Santo Domingo.
Rápidamente los soldados fueron desplegados en los barrios de la parte alta, en especial en Capotillo, dónde se asegura mujeres iniciaron la protestas contras las alzas desproporcionada de los precios de los artículos de primera necesidad.
El levantamiento popular sorprendió a las organizaciones de izquierda que la mañana del 24 de abril se reunieron de urgencia en el local del Bloque Socialista, que dirigía Rafael (Fafa) Tavera, en la calle Padre Billini. Allí fueron rodeados por agentes secretos de la Policía Nacional y detenidos varios, incluyendo algunos periodistas.
Sin embargo, se atribuye al Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) haber aprovechado las protestas para socavar al gobierno de Jorge Blanco que llegó al poder con mucha popularidad.
A ellos se atribuyó que las protestas alcanzaran sectores de clase media, cuyos proyectos habitacionales fueron levantados por los gobiernos de Joaquín Balaguer.
Ese martes 24 de abril, ya las protestas se habían extendidos a varias provincias y a casi todos los barrios populares y de clase media de la Capital, como Los Jardines del Norte, El Millón, Cancino, entre otros.
Mientras de barrios populares como Espaillat, Las Cañitas, 24 de Abril, Simón Bolívar, Guachupita, Cristo Rey, Gualey, Villa Juana y Villas Agrícolas. Luego se extendió a Los Mina, Villa Duarte, Herrera, Los Alcarrizos y zonas aledañas.
Los medios de comunicación, en especial la radio, daba cuenta que las violentas protestas se habían extendido a Santiago, San Francisco de Macorís, La Vega, Sánchez Ramírez, Salcedo, Puerto Plata, Valverde, San Juan de la Maguana, Barahona, San Cristóbal, Peravia, San Pedro de Macorís, La Altagracia, La Romana, El Seibo y Hato Mayor, entre otros pueblos.
Texto: Genrys García
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