El 8 de Octubre del año 1967 en la localidad de La Higuera, cerca de la ciudad de Vallegrande en el departamento de Santa Cruz, el “Che” Guevara cae prisionero del ejército boliviano.
Después de la victoriosa revolución cubana, el comandante argentino Ernesto “Che” Guevara se fue a Sudamérica para repetir la hazaña desde el centro del continente, precisamente en Bolivia. Con un grupo de guerrilleros se fue enfrentando al ejército boliviano, bajo el seudónimo de “Ramón”. Habían librado su última pelea el 28 de septiembre, donde cayó muerto Coco Peredo, el jefe boliviano de la guerrilla. Acamparon en un sembradío de papas, a orillas de un arroyo. Un campesino que cuidaba sus tierras los vio y fue a avisar a la Compañía de los "rangers" del capitán Gary Prado, que se encuentra en La Higuera.
A la mañana siguiente el Ejército había tomado posiciones y los tenían acorralados, sin embargo podían escapar en dirección al río Grande. Cuando le cierran también esa salida, el “Che”, alias “Ramón”, quien va herido en una pierna y caminaba con dificultad ayudado de su amigo Willy, es interceptado por otro flanco.
Cuando revela su verdadera identidad, el capitán Gary Prado lo comprueba por medio de una fotografía e inmediatamente avisa en clave al Joaquín Zenteno Anaya, jefe de la 8a División, que se encontraba en Vallegrande: “500 canzada, 500 canzada”. 500 significaba Guevara y “canzada” significaba prisionero.
Llegan con los prisioneros a La Higuera en la noche, hasta encontrarse con una escuela de dos salas, encierran a Willy en una y al “Che” en la otra. En el pueblo, Prado decide distribuir entre sus hombres los objetos pertenecientes al “Che”. Todos rodean la mochila y su contenido: unos a otros se arrancan los objetos, los intercambian, se pelean por ellos.
Al día siguiente el “Che” sólo quiso conversar con la maestra de la escuela, la cual confesó que temía enfrentarse con una bestia, en cambio se encontró con un hombre de agradable aspecto, dulce y bromista a la vez, al que no podía sostener la mirada.
No quiso comunicarse nunca con los oficiales, a los cuales miraba con desprecio. Poco después tras una ráfaga de disparos de un fusil M2, cae al piso muerto el comandante Ernesto “Che” Guevara. A continuación corre la misma suerte su compañero Willy, quien antes de recibir una descarga de balas avisa que no le importa morir pues se va con “el maestro”, refiriéndose al “Che”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario