En la cima más alta de las Antillas elpico Duarte.

En la cima más alta de las Antillas elpico Duarte.
No a la mega minería y el uso del cianuro, fuera la Barrick Gold del país.

viernes, 9 de marzo de 2012

Manifiesto por la vida

Manifiesto por la vida
8 MARZO, 2012


Al país y al mundo:

El patrimonio natural de la República Dominicana está amenazado de muerte: ¡salvemos la patria!

Nos convoca hoy la defensa de la vida en esta hermosa isla caribeña.

La defensa de su fauna, flora, costas, ríos, playas, lagos… de su ambiente, su patrimonio natural y sus seres humanos.


Nunca como ahora los riesgos y amenazas han sido tan inminentes, variados y ominosos. Una especie de voracidad, movida por el afán de lucro de unos pocos, asume las características de cruzada de depredadora y contaminadora de ríos, bosques, playas costas, lagunas y montañas.

Las provincias Monseñor Nouel, Sánchez Ramírez, San Juan, Santiago Rodríguez, San Cristóbal y Monte Plata están ahora bajo el mayor riesgo que puede causar la mega-minería a cielo abierto y el uso de cianuro, colocando en extremo peligro las dos principales unidades hidrológicas del país: la Cordillera Central y Los Haitises.

Detrás de las nunca cumplidas promesas de progreso de la Industria Minera -luego de la estela de daños causados en Pedernales, Cotuí, Bonao, San Cristóbal y otras zonas, presentados como credenciales funestos de lo que le espera al país en esas seis provincias productoras de agua y alimentos- la República Dominicana se expone a la mayor amenaza que jamás haya enfrentado: la mega explotación minera a cielo abierto, el uso diario de toneladas de cianuro y la consiguiente producción de ácido sulfúrico a gran escala, que juntos provocarían daños irreversibles en esas seis provincias y más allá de su entorno.

En verdad la geografía que abarcan esas provincias en alto riesgo ha sido prácticamente entregada a las compañías mineras Globestar, Barrick Gold, Goldquest, Unigold, Goldcorp, Newmont y Everton, para la exploración y explotación de oro en su metodología más agresiva, contaminante, destructiva y ambientalmente irrecuperable.

Dos cosas están bien claras en el actual negocio de la minería en la República Dominicana:

1.- Los beneficios no se quedan en el país.

2.- Los daños ambientales no serán remediados por las empresas mineras.

Pero esta vez las cosas pueden ir mucho más lejos, puesto que los daños se extenderán a las principales fuentes acuíferas de la Cordillera Central (montañas de Bonao, Santiago Rodríguez y San Cristóbal), hasta la segunda unidad hidrogeológica del país (Monte Plata-y Los Haitises), a las llanuras y campos de cultivos arroceros (San Juan de la Maguana y el Bajo Yuna). La concesión en la Montaña de los 7 Picos (Monteplata) tendría efectos nocivos sobre el Río Osama y el agua de la Capital.

La Everton Mining, en Maimón, perforó hasta 1,200 metros de profundidad y asegura haber encontrado “riquezas en el subsuelo”, por lo que las excavaciones en ese municipio serían de varios kilómetros de diámetro, eliminando toda vegetación, suelos, fauna, acuíferos y posibilidades de producción de alimentos, lo mismo ocurrirá en las demás provincias.

La mega-minería afectaría la soberanía alimentaria de la población dominicana al dañar las cuencas de ríos fundamentales que irrigan predios destinados a la producción agrícola en amplias zonas del país.

Todo esto a pesar de que la Unión Europea y Costa Rica han prohibido por ley el uso de cianuro en la minería, por sus negativas implicaciones económicas y, sobretodo, por los daños que causa a las aguas, a la tierra, la vida humana, animal y vegetal; y no obstante los graves accidentes ocurridos en Estados Unidos, Sudáfrica, Guyana, Rumanía y otros países, silenciados por los grandes medios de comunicación del país.

Además –y esto es singularmente grave- Loma Miranda, situada en las proximidades de La Vega, único pulmón natural que le queda al Cibao Central después de las depredaciones de Falcondridge en Bonao y Cotuí, está amenazada de muerte por esa transnacional ahora bautizada con otro nombre.

El afán de acumular fortuna envenenando, depredando y saqueando, al patrimonio natural del país y sus capacidades productivas, incluye la decisión de permitir que corporaciones trasnacionales conocidas por su desprecio a la vida, comercialicen sin control sus nocivas semillas transgénicas amarradas a paquetes agroquímicos de alta toxicidad.

Corporaciones con licencia para saquear, destruir y contaminar, poderosos grupos económicos de viejo y nuevo tipo, políticos neoliberales e inescrupulosos, usando el poder ejecutivo y el legislativo, se han asociado para apropiarse del territorio y los recursos naturales del país, controlar los procesos productivos y especulativos, y enriquecerse en grande, a riesgo de una catástrofe ecológica de graves consecuencias.

A este oscuro panorama se agrega la pretensión de comprometer nuestra hermosa y frágil ISLA SAONA en actividades militares tuteladas por el COMANDO SUR DE LOS ESTADOS UNIDOS, en franca violación a nuestra soberanía y sin importarle la nefasta experiencia de Vieques en la hermana isla de Puerto Rico, ni que se trata de un área protegida por ley.

La resistencia a estos desafueros ambientales crece con razón. De más en más amplios sectores de la sociedad toman conciencia del peligro y dan un paso al frente henchidos de valor y dignidad.

Crece también el reclamo del 4% del PBI para la educación y el 5 % del presupuesto para la UASD, luchas que asumimos con especial determinación por entender que el país reclama un salto educativo estrechamente vinculado a la defensa de nuestros recursos naturales.

Sanidad ambiental, defensa del patrimonio natural, soberanía nacional y popular, y alternativa transformadora al modelo neoliberal depredador y empobrecedor, se entrelazan en las luchas presentes como única opción por la vida y el bienestar colectivo, enfrentando la cultura de la muerte con determinación de victoria.

Esta es el compromiso que asumimos sin vacilación ante nuestro país y el mundo todos/as los/as concurrimos (organizaciones ambientalistas, sociales, académicas, científica, religiosas y políticas, y hombres y mujeres del pueblo) a este Encuentro Nacional Ambientalista para clamar en calles, caminos y plazas, en campos y ciudades, en valles y montañas, en costas y mares, en fábricas, escuelas, universidades e iglesias:

¡No a la mega-minería a cielo abierto y al uso de cianuro!

¡No a la base militar en Saona!

¡No al reparto del patriotismo natural del país a favor de minorías insaciables!

¡No a los transgénicos y agroquímicos de Monsanto y otras corporaciones!

¡En defensa de la vida: recuperemos nuestras fuentes de agua, playas, manglares minas, bosques y tierras valiosas!

¡4 % para la educación! y 5 % para la UASD!

Esta es nuestra opción unida a la firme voluntad de movilizarnos en forma ascendente hasta rescatar la esperanza, salvar la patria y construir una vida sana y digna. Y en tal sentido llamamos a todo el movimiento ambiental, social, religioso, juvenil, deportivo, profesional, patriótico, revolucionario y cultural, y a los sectores productivos con sentido de Nación, a luchar sin demora por la vida y en defensa del patrimonio natural del país, evitando así una estocada mortal en el corazón de la patria.

¡COALICIÓN POR LA VIDA!

¡SALVEMOS NUESTRA PATRIA!

4 de marzo 2012, Altar de la Patria,
Santo Domingo, República Dominicana.

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