En la cima más alta de las Antillas elpico Duarte.

En la cima más alta de las Antillas elpico Duarte.
No a la mega minería y el uso del cianuro, fuera la Barrick Gold del país.

sábado, 1 de enero de 2022

Erika Van Almsick.


 

 A principio de la década del 1960, ahora no recuerdo la fecha, mientras Chobolo y Ñoñó, que en ese tiempo tenían entre doce y trece años, paseaban por el campo del golf del hotel Embajador, encontraron dos niños llorando, eran blancos y rubios y estaban muy bien vestidos diferente a los niños que poblaban esa zona, que eran pobres y de color negro. Tomaron los niños y lo llevaron al pueblo de la Esperilla  que era donde  habitábamos y para que tengan una idea de donde estaba,  era una comunidad semi rural del Distrito Nacional,  que hoy no existe como tal y estaba ubicada entre la calle privada y el hotel Embajador, entre la avenida 27 de febrero y la avenida de la salud, en el parque Mirador.

Recuerdo el rostro de los niños que ya no lloraban  pero estaban asombrados al verse rodeado de tantas personas diferentes a ellos,  porque su llegada fue una atracción para el pueblo y nos juntamos todos a contemplarlos, debajo de la mata de limoncillo, frente a la casa de la tía Agustina. Ese era el centro del poblado ya que allí estaba la bodega de Andes Longo, en donde se juntaban los hombres del pueblo a darse sus tragos los domingos.

 

Al caer la tarde,  vimos la polvareda que levantaba un auto que se aproximaba a nosotros a gran velocidad, a parte de la motoneta de Ulises el esposo de doña Zira la mamá de Fafa Taveras, no conocíamos otro auto, por eso nos extrañó verlo llegar.  Del auto se desmontó una señora rubia como los niños que los abrazó  con ternura por largo tiempo en su regazo, luego agradeció el hecho de haberles  cuidado sus hijos y se marchó rauda como había llegado.

Esa señora era la esposa del embajador de Alemania en el país. Días después volvió y supimos que se llamaba Erika van Almsick, que al ver el grado de pobreza en que estábamos sumidos, en un gesto de agradecimiento, se reunió con los habitantes del pueblo y se comprometió a ayudarnos a desarrollarnos, por lo que la escuela tenía un solo salón con un maestro que venía de manera esporádica y nos construyó  dos salones más y un dispensario médico, con maestros y médicos permanentes, así mismo en la escuela teníamos un conuco, una hortaliza y una granja con puercos alemanes y gallinas ponedoras que atendíamos los hombres del pueblo con ayuda de los estudiantes y técnicos que ella nos trajo, también un lugar con juegos infantiles y una bomba de donde se extraía el agua del subsuelo, ya que el agua teníamos que irla a buscar a la inmediaciones del hotel Embajador.

 

También reconstruyó las casas que estaban en mal estado, consiguió trabajo en los Molinos Dominicanos a algunos hombres del pueblo, y todos los fin de semana nos traía raciones de alimentos de la Alianza para el Progreso y prendas de vestir a los más necesitados.  Ella tenía una distinción especial por mi madre Consuelo Acevedo, la abuela Mama Tita y mi hermana Juana María a la que decía Juana Mary.

 

También nos trajo a las monjitas de la Nunciatura Sor Refugio, Sor Inés y Sor Milagros para las cuestiones religiosas y algunas catequistas que prepararon a los niños para hacer la primera comunión en el Seminario de la 27 de febrero con ave. Lincoln, donde hoy está la UCAMAIMA, en donde Felipe, León, Ñoñó entre otros niños eran monaguillos.

 

Con ella conocimos la magia del cine y un día de reyes nos preparó un gran acontecimiento en el patio inmenso de la tía  Tatín  con reyes magos reales y juguetes que desbordó la alegría del pueblo.

 

Cuando estalló la guerra en el 1965 perdimos contacto con ella, hace unos años por contacto de Pedrito un amigo de Nigua hice contacto con ella y nos vimos en el hotel que ella estaba hospedada, recordamos el tiempo ido y no he vuelto a saber de ella, pero debo decir aquí que nosotros los habitantes de la Esperilla estamos eternamente agradecidos de ella y en donde este les deseamos larga vida y toda la felicidad del mundo. En ese tiempo era apenas un pequeño niño que no pasaba de tres a cinco años, pero en mi memoria guardo todos estos recuerdos.  

 

Domingo Acevedo.

24/9/13






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